El envejecimiento es un proceso natural que conlleva una serie de cambios fisiológicos, incluyendo el aumento del tejido adiposo, la resistencia a la insulina y la disminución de la masa muscular y densidad ósea.La pérdida de masa ósea se relaciona con osteopenia y osteoporosis, siendo esta última la de mayor gravedad e indicador de riesgo de fracturas.

La Osteoporosis: una Afección Común en personas adultas

La osteoporosis es una afección musculoesquelética común en personas mayores caracterizada por una pérdida de la densidad mineral ósea y deterioro de la microarquitectura del tejido óseo. Es una enfermedad que suele ser asintomática hasta que se produce una fractura, lo que dificulta determinar su prevalencia exacta. En España se estima que el 22,6% de las mujeres y el 6,8% de los hombres de 50 años en adelante padecen osteoporosis provocando un mayor riesgo de fracturas y un aumento en la morbilidad y mortalidad asociadas.

Un aspecto importante es que las mujeres inician el proceso de pérdida de masa ósea antes que los hombres debido a la menopausia, en la cual se produce una menor cantidad de estrógenos.

Cambios de la densidad mineral ósea a lo largo del ciclo de la vida por género

Diagnóstico y Evaluación de la Osteoporosis

La osteoporosis se puede definir mediante la prueba de densidad mineral ósea, que genera una puntuación T y una puntuación Z. La puntuación T refleja el número de desviaciones de la masa ósea máxima de las normas pareadas por edad, sexo y etnia. Una puntuación T inferior a -2,5 indica una reducción significativa de la masa ósea.

Influencia de Factores Genéticos y Hormonales en la Masa Ósea

La cantidad de masa ósea está influenciada por factores genéticos y hormonales, que pueden variar entre un 60-90%. Los osteoclastos son células responsables de la absorción o eliminación del hueso, mientras que los osteoblastos son células encargadas de generar hueso. Cualquier desequilibrio en la actividad de estos puede llevar a una pérdida excesiva (osteoporosis) o parcial (osteopenia) de masa ósea.

Las hormonas desempeñan un papel crucial en el proceso de remodelación ósea. Las hormonas tiroideas son esenciales para el crecimiento y desarrollo óseo, mientras que la hormona de crecimiento (GH) favorece la formación de osteoblastos. Las hormonas sexuales (andrógenos y estrógenos) inhiben la apoptosis de osteoblastos y la formación de osteoclastos. La calcitonina, secretada por la glándula tiroides, inhibe la formación ósea. Por último, la PTH regula la reabsorción ósea de acuerdo a su nivel de secreción.

Asociación entre Nutrición y Densidad Ósea

La nutrición juega un papel crucial en la densidad de masa ósea y en la reducción del riesgo de fracturas. Una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos, legumbres, lácteos bajos en grasa, aves y pescado, proporciona una buena fuente de calcio y vitamina D.

La vitamina D, esencial para la regulación del calcio, se obtiene en pequeñas cantidades de alimentos como huevos, lácteos y pescado azul, pero la exposición solar directa es la principal fuente. Aquellos con la piel clara requieren de 6 a 7 minutos de exposición al sol al aire libre a media mañana o media tarde durante el verano y hasta 30 minutos durante el invierno para mantener concentraciones adecuadas de vitamina D. Las personas con piel más oscura requerirán de 3 a 6 veces la duración de exposición. Además, el vidrio de las ventanas, la ropa y el protector solar inhiben la transmisión de la radiación ultravioleta B y por tanto, la síntesis de vitamina D en la piel. La síntesis de vitamina D es menos eficiente en las personas mayores.

Las concentraciones adecuadas de calcio son cruciales para prevenir la pérdida ósea y las fracturas. La ingesta dietética recomendada de calcio es de 1000 a 1300 mg por día, según la edad y el sexo. Los alimentos comunes ricos en calcio incluyen productos lácteos, garbanzos, frutos secos, sardinas y tofu.

Envejecimiento y respuesta osteogénica frente al ejercicio físico con carga

El envejecimiento es un declive fisiológico que ocurre en todos los organismos y a nivel de todos los sistemas. A nivel óseo se produce un aumento de osteoclastos y un descenso en la formación de osteoblastos con la consecuente menor formación de tejido.

A nivel fisiológico, determinados componentes del ejercicio físico, como la duración, el tipo y la intensidad, son factores que determinan la regeneración del tejido óseo.

En particular, el ejercicio con cargas altas ofrece los mayores beneficios, ya que proporciona un estrés mecánico más intenso. Estudios han demostrado que la respuesta ósea es más efectiva en áreas de mayor estrés mecánico como la espina lumbar, cabeza del fémur y cadera.

Es esencial definir la dosis de ejercicio adecuada para lograr cambios fisiológicos. El ejercicio aeróbico parece ser particularmente efectivo en la activación enzimática de los osteoblastos, por la capacidad de alcanzar un nivel alto de estrés mecánico, el cual es favorable para la estimulación de la masa ósea, pero sobre todo, es en el ejercicio de fuerza donde se consiguen todos los beneficios antes mencionados.

En personas mayores, se recomienda realizar de 2 a 3 sesiones semanales, con una intensidad del 50% al 90% de su repetición máxima (1RM), con duración de 30 a 45 minutos por sesión.

CONCLUSIÓN

El ejercicio físico con carga mantiene y mejora la DMO en personas mayores con osteopenia u osteoporosis pero, para generar un aumento en la DMO se requieren intensidades (moderada a submáxima y de carácter progresivo), volúmenes (bajo a medio), frecuencias (2 a 3 sesiones por semana) y ejercicios específicos.

Es imprescindible que el profesional encargado de diseñar y aplicar el entrenamiento conozca en profundidad la fisiología del hueso, así como las contraindicaciones de aplicar cargas en cada nivel de osteoporosis. No más carga equivale a mayores beneficios, no se entrena para ganar fuerza como objetivo primario, sino para mejorar la densidad mineral ósea. Los programas han de ser individualizados en función del perfil del paciente.

PUNTOS CLAVE

  • La osteopenia y la osteoporosis son las enfermedades que más alteran la densidad mineral ósea.
  • Existen factores genéticos y hormonales que influyen en el proceso de remodelación ósea.
  • La nutrición es un factor determinante de la salud ósea.
  • Un bajo nivel de ejercicio físico representa un factor de riesgo importante para la osteoporosis debido a la reducción de la estimulación mecánica de los osteoblastos.
  • El entrenamiento de fuerza es la modalidad de ejercicio más eficaz para mejorar la densidad mineral ósea de personas con osteopenia al provocar un mayor estrés mecánico.

Bibliografía

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